Alfred Roy Nuñez caminaba sobre la acera de la mano de su hija pequeña, la gente no podía dejar de examinar al padre y a la hija sin disimular. No concebían que un hombre de color tuviera una hija rubia, Mariah. Sin embargo, desde que los padres de la cantante se casaron, la tónica había sido la misma, ya que Alfred era de origen afrovenezolano e incluso había cambiado su apellido Nuñez por Carey para sonar más estadounidense; su madre, Patricia Hickey, era la típica rubia de origen irlandés. Ambos enfrentaron resistencia por ser una pareja interracial en los sesenta, justo cuando se conocieron. Era tal la molestia que generaban como matrimonio, que llegaron a disparar a su casa, envenenaron a su perro y fueron blanco de agresiones que terminaron por separarlos años después.
Alfred y Patricia tuvieron tres hijos: Morgan, Alison y Mariah. Los dos primeros se parecían a su padre y Mariah, que era rubia, se parecía más a Patricia. No se sabe si fue por el color de la piel que decidieron que los mayores se quedaran con el papá, y Mariah con su madre. Quizá les daba terror pensar en ser blanco de la ira de las demás personas una vez más. No obstante, los hermanos de Mariah crecieron con gran resentimiento hacia ella y a su madre. En sus memorias The Meaning of Mariah Carey, la intérprete cuenta cómo cada Navidad algún miembro de su familia arruinaba el día con una actitud destructiva, de ahí surgió su obsesión por esta época del año: “Mis hermanos y mi madre no se hablaban durante la mayor parte del año, por lo que para la cena de Navidad mis hermanos llegaban llenos de dolor e ira, y hambrientos de atención. Eventualmente… todos explotaban en un torrente de abuso verbal. Y yo me sentaba allí en el centro del caos, llorando y deseando que dejaran de gritar, añorando que mi madre pudiera evitar que maldijeran. Deseando poder estar en un sitio seguro y alegre, en un lugar que se sintiera como en Navidad.”
Fue en 1994, cuatro años después de haber iniciado su carrera como cantante, cuando Carey sintió la necesidad de crear un álbum de Navidad para curar sus heridas de infancia, y Tommy Mottola, su entonces representante y esposo (hoy casado con Thalía), la animó a hacerlo a pesar de que en esa época los artistas jóvenes no solían grabar álbumes navideños. Desde entonces el álbum Merry Christmas ha vendido más de 15 millones de copias en todo el mundo y sólo el primer sencillo que se desprendió de este disco, “All I Want for Christmas Is You,” composición de Mariah, le reporta ganancias por 3 millones de dólares cada año.
Con su especial de Navidad Mariah Carey's Magical Christmas Special lanzado en 2020, en plena pandemia, la cantante de 52 años y originaria de Nueva York se convirtió en la embajadora mundial de Santa Claus. De ahí que este mes su agenda esté a reventar. Y quizá honrando sus orígenes irlandeses por el lado materno, Maríah lanzó Black Irish, una línea de licores elaborada con base en crema irlandesa, en tres sabores: Original, White Chocolate y Salted Caramel. “Quería crear algo que encarnara las fiestas y les brindara a todos una razón para celebrar todo el año, su lema lo dice todo.” Por supuesto, ella no es la primera celeb que ingresa al negocio de la venta de bebidas alcohólicas, ahí está Kendal Jenner con su 818 Tequila o George Clooney con su tequila Casamigos.
Además, Mariah realizará una serie de conciertos navideños en el Scotiabank Arena de Toronto y en el Madison Square Garden de Nueva York este fin de año. Pero como fan número uno de la Navidad, a Carey le faltaba un cuento y este fin de año presentó The Christmas Princess, que promete convertirse en otro clásico. Se trata de una historia conmovedora que refleja su infancia; un cuento inclusivo donde la pequeña Mariah sólo anhela una temporada pacífica y alegre. Marginada y sola, la pequeña Mariah emprende un maravilloso viaje invernal y descubre el poder curativo de su voz para difundir el espíritu navideño. Las ilustraciones son del talentoso Fujii Takashi y el cuento está escrito en conjunto con Michaela Angela Davis.
Es fácil enterarse de los proyectos de Carey, pero de su vida privada se habla poco.
La mayoría de nosotros la ubicamos por su noviazgo con Luis Miguel, uno de sus grandes amores y a quien conoció en Aspen, Colorado. Los que fungieron como cupido fueron sus agentes inmobiliarios, que les habían rentado una casa a cada uno para pasar Navidad. A Luis Miguel le dijeron que Mariah lo quería conocer y a ella que él quería organizar una fiesta en su honor. El asunto es que se enamoraron. En sus memorias publicadas en 2020 Mariah recordó su relación con el mexicano: “Una pequeña parte de mí estaba intrigada. Tenía un innegable estilo apasionado… Pronto supe que era su estilo; era un auténtico amante latino. él no reprimió sus demostraciones materiales de adoración. En una ocasión llenó un jet privado con rosas rojas para sorprenderme… él pasó por muchas cosas y perdió a su madre a una edad temprana… Hice lo posible para apoyarlo emocionalmente, pero estaba pasando por mi propio proceso, llegó un punto con el que ya no podía lidiar con eso. No ayudábamos a sanarnos y en el mejor de los casos, Luis era generoso, espontáneo y apasionado, pero en el peor, era errático y ansioso, y tenía una nube oscura sobre su cabeza.” Su romance duró de 1999 a 2001 y terminó por una presunta infidelidad de ella.
Antes de conocer a Luis Miguel, Mariah había estado casada con Tommy Mottola, el mandamás de Sony Music y quien la descubrió y la convirtió en estrella. El matrimonio duró de 1993 a 1998. Al parecer, el perfeccionismo de Tommy (que ayudó a Mariah a consolidarse como una gran artista) no se llevó bien con el espíritu libre de ella.
Su segundo matrimonio fue con el cantante Nick Cannon, a quien conoció en 2005 en los Teen Choice Awards, y luego de salir por tres años se casaron en Bahamas en 2008, tras proponerle matrimonio con una anillo de 17 quilates escondido entre otros anillos de caramelo. “Somos almas gemelas. Nunca sentí un amor como éste,” dijo Mariah. Tres años después, justo el día de su tercer aniversario, el 30 de abril de 2011, la diva dio a luz a sus mellizos, un niño llamado Moroccan Scott, y una niña, Monroe, en honor a Marilyn Monroe, a quien admira profundamente.
Carey es de gustos extravagantes, lo sabemos, así que para los festejos familiares no escatima en gastos; por ejemplo, en su cuarto aniversario de bodas y el primer año de vida de sus mellizos se llevó a toda su familia a París, donde organizó una fiesta infantil. También hubo una cena romántica para renovar sus votos matrimoniales con Nick frente a la Torre Eiffel. Y al año siguiente, para el cumpleaños de sus hijos, organizó un viaje a Disney, donde la familia lució trajes de príncipes y princesas en el Castillo de la Bella Durmiente, para luego ofrecer una lujosa recepción.
Fue en 2014 cuando una fuente cercana a la pareja reveló a People que Mariah y Nick vivían una profunda crisis, y mientras ella estaba en su casa de Nueva York con sus hijos, él se quedaba en un hotel. “A veces, cuando las cosas no van bien en lo que respecta a la carrera, te vuelves contra tu otra mitad,” dijo otra fuente, dejando ver que el mal momento profesional de Mariah había puesto contra las cuerdas su relación.
Ante la ola de comentarios que surgieron entonces Nick salió en defensa de Carey en sus redes sociales: “Lo que más me enfurece es escuchar a la gente calumniar a @MariahCarey. Siempre estaré en deuda con ella por bendecirme con nuestros hijos. Siempre la amaré incondicionalmente por esto y más. @MariahGarey es una madre increíble y confío en ella de todo corazón.” En noviembre de 2016 la pareja se divorció.
La cantante también se enamoró del millonario australiano James Packer, con quien se comprometió en enero de 2016, no obstante, para octubre el compromiso estaba cancelado, así que ella inició una relación intermitente con el bailarín Bryan Tanaka, con quien aún sale. “El tipo es increíble con mis hijos y tenemos reuniones familiares. Lo respeto,” dijo Cannon sobre Bryan.
Actualmente para Mariah sus hijos lo son todo y no sólo los llena de mimos, busca darles un ambiente familiar sano, diferente al que ella vivió de niña. Carey controla lo que tiene que ver con ellos y todos se acoplan a los planes de los niños, ya sea su ex Nick, su propia familia v hasta su novio Bryan. Todos suelen salir a cenar a restaurantes como Nobu o viajan juntos a París, St. Barths y, por supuesto, no faltan las Navidades en Aspen, donde tiene una espectacular residencia.
Mariah parece ser una artista que se las ingenia para cumplir con todo y aún así seguir vigente, principalmente en esta época del año en la que gracias a su música nos hace la temporada. A ella le debemos que el invierno de 2020, durante la pandemia, nos trajera un poco de esperanza y nos devolviera la capacidad de soñar mientras pensábamos que ya no nos quedaba más. Por eso Mariah Carey siempre será la reina de la Navidad.
Tiene tres récords Guinness: la canción navideña mejor posicionada en la lista Hot 100 de Estados Unidos, la canción más escuchada de Spotify en 24 horas y la canción con más semanas en la lista top 10 en Gran Bretaña.
En 2001 la cantante fue diagnosticada con trastorno bipolar. Recibió terapia y estuvo medicada por un tiempo.
Carey ha vendido 220 millones de discos en todo el mundo.
Se dice que sufre de alcoholismo y ha aparecido muchas veces en estado inconveniente, aunque ella lo niega.
Su madre Patricia Hickey, que es cantante de ópera, comenzó a enseñarle a cantar a Mariah a los tres años de edad.
El pasado mes de julio la casa italiana Dolce & Gabbana invitó a Carey a festejar los 10 años de su línea de alta costura, nombrándola una de sus musas favoritas.