Como escribió Lorca, Nueva York es la ciudad sin sueño. De hecho, la espera en los Hudson Studios, Chelsea, donde La Luna de Metrópoli ha sido citada para entrevistar a Mariah Carey (Nueva York, 1970), empieza a parecerse demasiado al argumento de Jo, aquella película de Scorsese donde a un infeliz insomne le sucedían todo tipo de peripecias. Son cerca de las dos de la madrugada del 26 de febrero. La convocatoria inicial era a las siete de la tarde. La segunda, a medianoche… La diva está realizando una sesión de fotos para la revista I-D que se demora y demora… Por el loft pulula todo tipo de gente más o menos moderna mientras suena R&B a todo trapo. La artista femenina más vendedora de la historia en EEUU (más de 160 millones de álbumes despachados) y la sexta mujer más rica en la industria del entretenimiento ultima los preparativos de su undécimo álbum, E=MC². Con él, está dispuesta a reeditar el éxito de su CD de resurrección, The Emancipation Of Mimi, el más vendido de 2005 en EEUU y que la redimió del fracaso de Glitter: aquel disco supuso la rescisión de su millonario contrato con Virgin apenas un año después de firmarlo y la sumió en un bajonazo físico y emocional al que también contribuyó el final de su romance con el cantante Luis Miguel. Lo máximo que veríamos esa noche de Mariah era a ella paseando en batín por el set con un perrito minúsculo en brazos y una copa de vino. Pese a que es ave nocturna, se ha hecho demasiado tarde. La entrevista se aplaza al día siguiente, pero permítanme un flash-forward al hilo del tema Virgin.
¿Haber tenido siempre éxito amplifica la sensación de fracaso cuando éste se produce?
Sí, pero la gente debe recordar que esto es la vida: todos somos seres humanos. Cuando se habla de fracaso muchas veces no se considera que puede haber sido por problemas externos. Glitter salió a la venta el 11 de septiembre de 2001. No podemos controlar los acontecimientos que suceden alrededor. Como mucho, rezar una oración y ver qué pasa. Todos tenemos nuestros picos y nuestras bajadas y es necesario porque, honestamente, si no me hubiese visto tan abajo no habría tenido la aspiración de llegar al lugar donde necesitaba ir. La gente que crece con vidas fáciles no tiene ninguna ambición. Ésa siempre ha sido una parte importante que me ha convertido en quien soy, aunque nada de esto es comparable a la propulsión de necesitar cantar y componer, de expresarte.
De los dos últimos álbumes se desprende la sensación de que ahora disfruta de la vida mucho más.
Es cierto. Antes no me permitían vivir, cuando fui creciendo en el ojo público era todo muy extraño.
¿Era una esclava de su propio éxito?
De mi propia vida. Parte de ello era culpa del éxito y otra parte de la relación que había elegido. Por las razones que sean, escogí aquello y fue muy difícil. Aprendí mucho y, en fin, todos tenemos historias, ¿no? Tampoco le voy a pedir a nadie que sienta lástima por mí. Estoy muy agradecida a Dios por todo lo que tengo y cada día que me despierto es un regalo.
Entre 1993 y 1997, Mariah Carey estuvo casada con Tommy Mottola, el jefazo de Sony. Ella tenía 23 años; él, 44. Al parecer, el matrimonio fue un infierno por la obsesión del aburrido magnate por encerrarla en su palacio de cristal, como en los peores cuentos de hadas. Al igual que en la canción de Julio Iglesias, lo mejor de su vida se lo quería beber él. A partir de Butterfly (1997), la cantante de Long Island comenzó a vivir su liberación trabajando con grandes del rap y el R&B, y explotando su lado más sexy. Las malas lenguas también hablan de cirugía. Y de que descubrió la noche neoyorquina.
Uno de sus nuevos temas, “Migrate,” parece una celebración del clubbing.
También de la unión con los amigos. Y tiene mucho que ver con la gente que no nos quita la vista de encima, pero parece que nos odia al mismo tiempo. Ahí es cuando yo digo: “Emigremos a otro garito, pirémonos de aquí.” Muchas veces, cuando escribo una letra, intento ponerme en la piel de aquella chica de instituto que realmente no entendía dónde estaba, y de la que creo que todavía tengo mucho.
27 de febrero. La cita es por la tarde en los estudios televisivos de la CBS, donde la cantante ha actuado en vivo en el popular programa BET. El ambiente es de estrés controlado, con el numeroso séquito de la artista llevando cosas de un lado a otro. Y también de celebración. El primer vídeo de E=MC², “Touch My Body,” ha sido el más visitado del día en YouTube, con 500.000 entradas. Es la antesala de otro acontecimiento que sucederá un mes después: el single se convierte en su decimoctavo número 1 en EEUU, batiendo un nuevo récord: supera a Elvis como segundo artista con más temas en lo más alto de las listas de su país. Por delante ya sólo quedan The Beatles.
La espera vuelve a hacerse eterna. Hago un trato con su encargada de promoción: que me rocíe un poco la mano con el perfume sacado al mercado por Mariah (M), a ver si me da suerte. Un negrazo de los del séquito se muere de la risa. “Ahora vas a oler como una nena.” El tiempo corre rapidísimo. Se está haciendo otras fotos o algo. Pero, tras una de sus múltiples incursiones en el camerino, la chica que me perfumó confirma que lo del pacto ha funcionado con una amplia sonrisa: “Mariah se tiene que ir ahora a una cena, pero me dice si no te importaría subir con ella a su limusina y hacerle allí la entrevista mientras tanto.”
Minutos después la estrella en persona, alta, oronda, con un vestido negro de generoso escote y una chaqueta blanca por encima, me saluda con una copa de vino en la mano y me ofrece otra a modo de disculpa por las esperas.
Bajamos con el séquito por un ascensor trasero y entramos, solos ella y yo, con el chófer, en un enorme coche negro con cortinas cerradas en las ventanas. En el exterior se escucha a un grupo de fans vitoreándola. Mariah descorre parte de una cortina y les saluda mientras el coche empieza a rodar por Manhattan.
Así que en esto consiste ser una estrella del pop.
Supongo. La verdad es que me gustaría poder haberle dedicado más tiempo a los fans.
Acabo de comprobar que no para. Hay mucho trabajo detrás de esto, ¿no?
Lo hay, y la gente no entiende eso. Incluso los más cercanos a mí dicen que es una vida muy fácil, pero no se dan cuenta de ello. Especialmente hoy, que tengo un poco de catarro y no dormí bien, pero estoy especialmente agradecida porque ha sido un día exitoso y feliz por el single.
Con el título de E=MC², ¿está intentando decirnos algo?
Simplemente me estoy riendo de mí misma y pasándolo bien. En el colegio apenas era capaz de sumar, créame, no soy Einstein. Me gustaba este título porque se puede tomar como una abreviatura de Emancipation y también como mis iniciales [M.C.], que sería yo, como ser humano, llevada a la segunda potencia. ¿Me entiende? Básicamente es llegar al siguiente nivel, que creo que es lo que estoy haciendo.
¿Se puede decir entonces que esta es la segunda parte de una nueva etapa que comenzó con The Emancipation Of Mimi?
Sí, es Mariah Carey Parte II. Yo entré en este negocio siendo una chica muy joven, sabía lo que era luchar y todavía lo sé, porque he tenido muchas luchas: las emocionales, con amigos, con amantes, con la gente de los negocios. Todo es relativo [ríe], y es parte de la interacción humana normal. Algo de eso lo he querido volcar en este disco, pero a otro nivel; hay mucha diversión y bromas privadas. Jay-Z me aconsejó que utilizase más palabras de mi vocabulario propio, porque son pegadizas y “monas.”
¿Qué opina de la nueva generación de vocalistas femeninas con anclaje en el R&B que compiten con usted en las listas?
Cada una es diferente. Yo soy fan de la buena música que toque mi espíritu, ya sea haciéndome feliz, conmoviéndome emocionalmente o que me resulte verdadera. Eso es lo importante. Creo que Beyoncé es maravillosa, Pink es fantástica. En general me gusta lo que hacen todas, pero yo me centro en lo que hago yo. No es cuestión de celos, la envidia no es buena, y tampoco se trata de decir: “Si todo el mundo está haciendo esto, yo voy a hacer lo contrario.”
“Touch My Body” puede ser la primera canción pop cuya letra incluye la palabra “YouTube…”
[Ríe]. Probablemente. En realidad fue un accidente. Tenía que buscar una rima [se pone a cantar ese fragmento de la canción, donde rima “I do” con “Youtube”].
Pues le ha salido una imagen muy contemporánea…
¡Ha sido realista! Todo está en YouTube hoy en día, así que fue un momento natural. Es gracioso, porque es una canción que hice con Jermaine Dupri y es una de sus favoritas. Él prefiere este álbum a Mimi, y eso es algo importante, porque es uno de los principales arquitectos de mi carrera.
En el tema “Love Story” hay una perspectiva muy inocente sobre el amor. ¿Le gusta preservar ese espíritu?
No puedo evitar mantener mi inocencia. Es algo que no se va de mí y realmente tampoco quiero dejarlo ir. Estoy rodeada de tanta gente que está hastiada de la vida que podría convertirme fácilmente en una de ellos, pero no, yo quiero ser quien soy.
Usted también quiso ser actriz desde muy joven y pese a la mala acogida de Glitter [por la que obtuvo un premio Razzie] sigue insistiendo…
Hay tres películas en las que salgo pendientes de estreno. Una es Tennessee. No quiero hablar demasiado de ella, pero ha sido una experiencia muy completa encarnar a ese personaje [una camarera que viaja con sus hermanos en busca de su padre]. Glitter realmente no tenía guión, era simplemente esa gran idea de sacarme a mí cantando, pero sigo pensando que de no coincidir con el 11-S no habría sido ese fiasco. Tennessee me ha ayudado a crecer como persona, porque el guión era muy bueno. Lee Daniels, el director, me llamó luego de nuevo para hacer Push, basada en un libro maravilloso y donde interpreto a una trabajadora social. También me ha llamado Adam Sandler para hacer un pequeño cameo interpretándome a mí misma en su próxima película [You Don't Mess With The Zohan] y, además, tengo un proyecto con el canal HBO que se titula All I Want For Christmas, como mi canción, con el guionista de High School Musical.
¿A qué actrices admira más?
¡Uau! Hay tantas… Diane Weiss, Meryl Streep, Jennifer Tilly… Tracy Ullmann es genial, una gran comediante; Helen Mirren… y, obviamente, mi actriz favorita de todos los tiempos es Marilyn Monroe. Creo que está muy infravalorada por el cliché de la rubia tonta, pero ella sabía actuar muy bien y creo que encarna el culmen de lo fabuloso.
Hábleme de su fragancia, M.
Estoy realmente emocionada por su éxito en EEUU y en otros países como Australia. La creé junto a unos perfumistas con mucho talento y a la gente de Elizabeth Arden realmente les importó, no se conformaron solamente con sacarlo a la venta, sino que se preocuparon de que todo fuese en la dirección correcta. Ahora estoy trabajando en una nueva línea. La fragancia la creé como si fuera música, con notas altas, medias y bajas, como si estuviese haciendo una canción.
¿Quién le gustaría que fuese el próximo presidente de EEUU?
Bueno, no creo que este sea para mí el lugar para hablar de política, porque hay otras personas claramente más adecuadas para abordar estos temas. No obstante, le diré que soy seguidora de Barack Obama y que creo que este momento que estamos viviendo en EEUU es muy interesante.
El coche ha parado. Brindamos y nos despedimos. Le doy mi mano empapada en fragancia M y ella me recomienda que disfrute de las puertas abiertas de la noche de Manhattan. Las que no se abren son las de la limusina, que nos mantendrán encerrados durante unos minutos mientras probamos todos sus botones (los de la limusina). Finalmente, llega el chófer a rescatarme. El séquito — que iba en otro automóvil —, ronda impaciente y yo me pierdo en la oscuridad de la ciudad sin sueño.